Opinión

“Central avionera” premiada

Por Mario A. Medina 

Era nota de primeras planas, de columnas políticas, de memes, de declaraciones de “especialistas”, algunos de fuera del país, de burlas en redes sociales. Lo llegaron a llamar “Central avionera”. 

Las declaraciones tenían un propósito muy claro, descalificar la obra que, argumentaban, su construcción era producto de un “capricho” de López. “Hacer un jacal grandote y tomar fotos con drones no hace que una obra de construcción esté a la altura de otros aeropuertos”, argumentaban.

Fueron semanas completas en que se repetía hasta el cansancio las supuestas “inconveniencias” de construir el aeropuerto en Santa Lucía. “Montañas que los pilotos tendrán que sortear para poder despegar”, “el aeropuerto no tiene la disposición geográfica adecuada”; vaticinaban accidentes; “es pequeño, feo”

Se replicaban reportajes que hablaban de que, “desde ciudadanos, controladores aéreos, pilotos”, estaban seguros que no sería un aeropuerto que “resuelva la saturación”, al tiempo que buscaban contrastar las supuestas “ventajas” que tendría el aeropuerto de Texcoco sobre el AIFA. 

Tras su inauguración el lunes 21 de marzo de 2022, usuarios de redes sociales (bots) soltaron ese día y los subsiguientes, montones de comentarios clasistas y racistas en torno al aeropuerto. “No podían faltar los ambulantes en el AIFA”. El comentario iba acompañado de una imagen de una mujer en el piso, vendiendo “amlitos”, tasas, gorras, llaveros. En otro Twitter, en tono de burla, una mujer le preguntaba al presidente López Obrador: ¿Para cuándo las micheladas preparadas? 

Desde luego fue famosa la mujer que vendía tlayudas afuera de la construcción; muchos buscaron ningunear a la vendedora, cuando afirmaba: “Venta de garnachas en los pasillos del AIFA; y todavía se ofenden cuando le dicen Central Camionera”. 

Fueron muchos los comunicadores que se encargaron de descalificar al nuevo aeropuerto. Carlos Loret, fue uno de muchos: “El AIFA es un aeropuerto feo y sin valor arquitectónico”. Describió al AIFA como un “aeropuerto chafa”. Le desconocía la obra y su belleza con tintes mexicanos y su calidad arquitectónica. Según el periodista, la terminal parecía “una construcción improvisada, sin valor simbólico ni estético”.

Era claro que detrás de todas las descalificaciones estaban los intereses de quienes estaba molestos porque López Obrador les derribó un enorme negocio que era la construcción del aeropuerto de Texcoco que, paralelamente, significaba también enormes negocios inmobiliarios, la rehabilitación en pocos años después de la obra en un lago, desde luego, por los hundimientos que sabían iban ocurrir y otras muchas otras obras que tenían muchos signos de dólares.

Por eso se difundían afirmaciones de supuestos “especialistas” de que el AIFA no contaba con un estudio técnico que lo justificara. Se repetía esa afirmación mentirosa por miles en todo tipo de medios informativos y redes sociales. 

Se aseguraba: “los militares no deben construir aeropuertos”; “no se debe construir porque tiene rastros arqueológicos.  Para llegar hay que cruzar la zona “más insegura” del país, la del Estado de México y se festejaba la orden de un juez federal de suspender la construcción de aeropuerto en tanto no se concluyeran en definitiva los juicios de amparo promovidos por la organización #NoMásDerroches contra la construcción del nuevo aeropuerto en la Base Aérea de Santa Lucía.

Por lo que fuera, se buscaba descalificar la obra. Llegaron a la temeridad de afirmar que la torre de control del AIFA “tiene poco más de 15 centímetros de inclinación en su cresta, por hundimientos diferenciales de la estructura y su cimentación”. La afirmación se acompañaba de una foto en donde se podía ver la torre de manera inclinada. Esa versión, una gran cantidad de medios escritos, radio, televisión; en Facebook, Twitter la daban como una verdad que había sido conformada, pues la había difundido un arquitecto de nombre Axel Belfort. Fue una gran farsa.

Interesante, sin lugar a duda, es poder recordar todo esto y otras muchas afirmaciones que se propagaron por miles para descalificar al Felipe Ángeles y más aun hoy cuando hace unos días, la obra insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador, fue reconocida por la UNESCO como uno de los aeropuertos más bellos del mundo.

El general Gustavo Ricardo Vallejo, comandante del Agrupamiento de Ingenieros “Felipe Ángeles” uno de sus constructores, recibió el pasado domingo en París el Premio Versalles o premio mundial de arquitectura y diseño. Según su página web, es un ‘conjunto de galardones que destacan los mejores logros contemporáneos en todo el mundo’.

En francés el general Vallejo recordó que, en diciembre de 2018, “el presidente de México ordenó al Cuerpo de Ingenieros del Ejército Mexicano construir un aeropuerto internacional moderno, austero, funcional y sustentable en el menor tiempo posible, el cual se planificó y construyó en 886 días y noches con la participación de 180 mil trabajadores”.

Efectivamente, “el AIFA es también un aeropuerto con identidad nacional”, cuyo premio ha callado bocas y ha exhibido a quienes pretendieron denostarlo por intereses políticos, económicos, por animadversiones, por odios. 

Sí, señoras y señores, la “Central avionera” a la que llamaban así despectivamente, ha sido reconocida por la UNESCO en Francia, junto el aeropuerto Internacional Zayed, en Emiratos Árabes Unidos; el de Suvarnabhumi, en Tailandia, el de Logan y Kansas City, en Estados Unidos y el aeropuerto Changi, en Singapur, comouno de los aeropuertos más hermosos del mundo. 

Que no le cuenten

La incorporación del senador panista e incondicional de Felipe Calderón, José Luis Lavalle, al gabinete de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, desde luego que llamó la atención y ha generado enojo en militantes y simpatizantes de Morena, pero hay muchos, muchos, pero muchos casos que no son mediáticos, pero deben de ser igual o más escandalosos que este caso.