Opinión

Ricardo “N”, alias “El azteco”

Por Mario A. Medina 

Lo que pueda opinar yo aquí, al señor Ricardo “N”, lo tiene sin el menor cuidado. Seguramente ni se enterará lo que escribí. Lo que sí nos debe interesar al resto de los mexicanos conocer cómo actúa un gánster, un bandolero, un farsante. 

La riqueza de Ricardo “N” data del siglo XX, cuando su bisabuelo Benjamín creó un negocio para fabricar camas de metal; nace después la popular tienda Salinas y Rocha (SR); su padre, creó otro industria, fabricaba muebles. Posteriormente se habría de crear Elektra, que se convirtió en competencia de SR; quiebran a la tienda fundada por su bisabuelo, lo que le permitió a Ricardo “N” hacerse de la infraestructura de SR.

De acuerdo con investigaciones, este empresario construyó su fortuna a base de corrupción, de negocios dudosos, sucios, gracias a sus relaciones mafiosas con políticos y empresarios. Es conocido que se hizo de Imevisión en 1993, televisora del gobierno (hoy TV Azteca), con un supuesto préstamo de 29 millones 700 mil dólares por parte de Raúl Salinas de Gortari, hermano del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

Entre la “Mafia del Poder” se le conoce con el alias, “El azteco”; entre ellos se dice que “es el más mafioso de todos”. Recuerdan que Ricardo “N”, en el gobierno de Felipe Calderón, llevó a cabo operaciones contables irregulares durante la desaparición de Mexicana de Aviación, y que gracias a sus contactos pandilleriles, inclinaron a su favor la venta de las acciones de la aerolínea que se fusionó en agosto de 2009 con Grupo Elektra.

Enrique Peña Nieto intervino para que incursionara en la industria petrolera, a través de la Typhoon Offshore, empresa que se fundó en 2013. 

En el mundo de los saqueadores de cuello blanco,  Ricardo “N” es un personaje al que se le teme, porque es conocido como un “tramposo, ventajoso y sin escrúpulos”. Ha estado implicado en diversos “posibles delitos” en colusión, por ejemplo, con el entonces presidente Vicente Fox en lo que se conoció como el “asalto al Chiquihuite”.

La madrugada del viernes 27 de diciembre del 2002, un comando armado para-policiaco, bajo las órdenes de personal de Televisión Azteca, tomó las instalaciones de CNI Canal 40, ubicada en el Cerro del Chiquihuite y sometieron con lujo de violencia al personal con un grupo para adueñarse de la señal.

El problema fue un diferendo con su socio Javier Moreno Valle. A pesar de haber perdido las sentencias judiciales, incluso una de la Corte Internacional de Arbitraje en París, llegó a señalar que Tv Azteca no tenía derecho alguno de comprar ninguna de las acciones de CNI, el asaltante  se quedó a la mala con CNI, Canal 40, hoy ADN-40.

Este bandolero se vende como un “empresario exitoso”, cosa que es una mentira. La requisa que ostenta ha sido producto de robarles a los pobres sus “abonos chiquitos para pagar poquito”, pues cuando alguien compra en una de las tiendas Elektra, una plancha, una licuadora, un televisor o pide un préstamo en Banco Azteca, tiene que pagar muchísimas veces más el costo. Igual despoja millones de dólares a las familias que reciben remeses de mexicanos en Estados Unidos.   

De “exitoso”, Ricardo “N” no tiene nada. Lo que ha acumulado, como han señalado algunos analistas financieros, es gracias a que “sí es un exitoso especulador”, que lo que tiene es mal habido, de manera poco honesta. No pagaba impuestos o se los condonaban. Reclama que es una “injusticia” tener que pagar contribuciones, y por eso, con absoluto cinismo, responde: “No pienso pagar ni un rábano”, por eso, Ricardo “N”, no piensa perdonarle un peso a quienes no han podido o se han retrasado en sus abonos a Elektra, tampoco  los exime del pago de intereses.

En México, al SAT debe entre 20 y 25 mil millones de pesos, mientras que en EU, “El azteco” debe 400 millones de dólares, deuda que no logró llegar a un acuerdo sobre la reestructuración de bonos. 

Su riqueza mal habida ha tenido que ver hasta con robos a quienes tienen cuentas en Banco Azteca, como ocurrió hace unos años cuando una señora de Morelia, Michoacán detectó que “en ocasiones no se reflejaban en su cuenta de ahorro algunos depósitos que le enviaba su esposo desde Estados Unidos o estaban incompletos”.  

La mujer demandó, ganó el juicio, pero aun así Ricardo “N” dijo que Banco Azteca no tenía para pagarle, entonces la señora recurrió al embargo. Así, de 198 mil pesos que le habían robado, el adeudo sumó 330 mil pesos, y como el Ricardo “N”, insistió que no tenía para pagar, ella se  llevó televisores, motocicletas, refrigeradores y demás mercancías. 

Aquella mujer demostró cómo a Ricardo “N” se le puede ganar. Que no hay que tenerle miedo, que no hay que hablarle “con todo respeto”; ni tampoco decirle: “no es nada contra ti, es porque la ley así lo mandata”. ¡Hay que enfrentarlo, porque se le puede ganar!  

Me ha recordado una amiga que “como sociedad señalamos, acusamos a quienes por hambre se roban un pan, o denigramos a quien socialmente por su aspecto lo llamamos ´chaca´; “pero a este bandolero confeso, hay quien lo llama con el mayor de los respetos como  ´Tío Richie´, ´Don Ricardo´ ´Señor´, cuando es un cínico, misógino, transfóbico, racista, clasista, agiotista, evasor, corruptor, asaltante”.     

Alphonse Gabriel Capone, alias ´Al Capone”, contrabandista de bebidas alcohólicas en EU allá por los años 20, en 1931 fue apresado por la justicia estadunidense. Ante la imposibilidad de acusarlo por esta causa y otras, se le encontró que era un evasor de impuestos. ´Al Capone” fue condenado a 11 años de prisión. Tras las rejas y por consejo de su abogado, “tuvo que regularizar su situación fiscal y evitar así problemas”.

¿Será que pronto, muy pronto leamos una nota informativa que hable de la detención de Ricardo “N”, alias “El azteco?”

Que no le cuenten…

El asunto Totalplay. Dijo Grisel Galeano, titular de la Procuraduría Fiscal en la mañanera del viernes: “En varias ocasiones se detectaron maniobras de Totalplay para reportar pérdidas y menores ganancias con el fin de evadir el pago de impuestos, lo que no solo revela una falta de cumplimiento por parte del contribuyente, sino que también pone de manifiesto un patrón recurrente en varias empresas del grupo”. Así se las gasta.