Opinión

El Fobaproa y Xóchitl; refrescar la memoria

Por Mario A. Medina

El 12 de diciembre de 1998 en el recinto legislativo de San Lázaro -custodiado por la fuerza pública-, el PRI y el PAN, fue legalizado el rescate del sistema bancario. Se había creado el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) que sustituía al Fobaproa, que había sido creado en julio 1990 por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari para salvar el patrimonio de  empresarios, políticos-empresarios, banqueros.

Para 1998, ambos partidos habían cumplido una década de alianzas. Diez años de aquella “concertacesión” con la que el PAN “validaba”  el “triunfo” de Carlos Salinas de Gortari, quien había “ganado” gracias a un fraude electoral. Una vez más, unidos, salieron a legitimar mediante el IPAB el que las deudas privadas se convirtieran en deuda pública; claro, a cuenta de las y los mexicanos. 

Tres décadas después, nuevamente, son uno. Son el PRIAN con una candidata que dice ser de izquierda, pero que no entiende qué es ser de izquierda, que le pegaba a una piñata que representaba al PRI corrupto, y que prometía sacaría a los priístas a palos, pero que ahora dice estar orgullosa de ser su candidata.

El pasado 12 de diciembre se cumplieron 25 años de aquel rescate bancario que se le conoce como “el gran fraude a la nación”. Fueron muy pocos medios de comunicación que recordaron aquel hecho y menos quienes hicieron memoria de que varios, de quienes diseñaron y aprobaron el IPAB, son hoy parte del equipo “xingón” de campaña de Xóchitl Gálvez.  

Allí está Santiago Creel, quien subió a la tribuna de la Cámara de Diputados aquel 12 de diciembre de 1998 para defender lo que llamó las “bondades” del nuevo instituto.

Está José Ángel Gurría, el encargado de encabezar a “expertos” del proyecto de gobierno del Frente Amplio México (FAM). Como secretario de Hacienda, de Ernesto Zedillo, diseñó el IPAB, y que en 1999 inició con una deuda de 552 mil 300 millones, y hoy en 2023, la deuda más intereses acumulados, suma tres billones de pesos. 

Aquel día el diputado independiente Marcelo Ebrard denunció las irregularidades y el abuso que iba a significar IPAB y la “traición” del PAN, partido que se había comprometido a votar en contra. En la tribuna señaló que el  PRI había agendado la aprobación del instituto, el día de la Virgen de Guadalupe, “con la esperanza de que el fervor religioso de nuestro pueblo, va a impedir de que no se entere de lo que se pretende consumar en su contra”.

Pablo Gómez, como diputado del PRD, advertía que la iniciativa de Ernesto Zedillo, que aquella deuda “sería eterna”. Acusó a los panistas de convalidar “un atraco”, que llamó “el gran robo del siglo” y de jugar “el más triste papel”, de ser “mansos” frente al PRI y de aprobar el proyecto más “antipopular” y de ayudar al gobierno “a organizar un robo contra el pueblo”.

Muchos de quienes fueron diseñadores, promotores y defensores del Fobaproa, luego convertido en IPAB, están ligados a la campaña de la señora X, panistas como Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos, el priísta Francisco Labastida, cuya deuda de su fracasada campaña presidencial, por cierto, fue a parar a la panza del IPAB. 

Zedillo salió al rescate de la élite empresarial y de quienes habían financiado, primero, al malogrado Luis Donaldo Colosio y luego a él en 1994, de cuyo rescate encontró oposición de un grupo de panistas que consideraban al rescate bancario como “ilegal”, pero que en diciembre de 1998, el presidente nacional panista, Felipe Calderón, negoció con el priísmo, y con la participación de Fauzi Hamdan y con el aval de Carlos Medina Plascencia, a la sazón de ser el coordinador parlamentario, dieron línea a la bancada del PAN en San Lázaro para que votaran a favor del IPAB, aunque 11 votaron en contra.

Dejaron huella panistas y priístas; unos forman parte del equipo encargado del proyecto de gobierno de la derecha, el hoy senador “independiente” Germán Martínez, Fidel Herrera Beltrán o Fernando Gómez Mont, abogado de Carlos Cabal Peniche, beneficiario del rescate bancario.

Junto con estos, aunque formalmente no forman parte del equipo de campaña de Xóchitl, hay una pléyade  de empresarios de aquel entonces o sus herederos, que están trabajando y aportando dineros a la campaña del PRIARD.

Claudio X. González Laporte, padre de Claudio X. González; Roberto Hernández, Jorge Kahwagi Gastine, Raymundo Gómez Flores, la familia Vázquez Raña; muchos y muchas empresas más fueron los beneficiados del FOBAPROA-IPAB. 

La historia del Fobaproa-Ipab, ha sido una historia de corruptelas, de componendas, de maniobras financieras de un grupo, de un equipo bien conocido, bien definido sobre el proyecto de país que buscan “rescatar”. Es el mismo, son los mismos que hoy controlan a Xóchitl Gálvez. Cuando aquella crisis financiera su lema fue: “POR EL BIEN DE NOSOTROS, ¡PRIMERO NOSOTROS!”. “¡VIVA EL FOBAPROA”!

Siempre es bueno refrescar la memoria. 

Que no le cuenten…

Lenia Batres Guadarrama, fue la propuesta de López Obrador para sustituir a Arturo Zaldívar. Llega a la Suprema Corte satanizada por la derecha, por su “perfil morenista”. Es una feminista y claramente militante de izquierda. Lo presume orgullosa. Me atrevo a decir que por primera vez en la SCJN, una Ministra no va a esconder su posición ideológica con aquella mentira de todos y todas sus antecesoras de ser “independientes”.

En 2015, cuando el Senado aprobó a Eduardo Medina Mora como Ministro, se presumía, era personaje “independiente”. No lo era, no lo fue. Sus componendas con Peña Nieto, mostraron la mentira.  

Aunque a la derecha no les guste, la llegada de Lenia Batres es histórica.