Opinión

Perdidos en su laberinto

Mario A. Medina 

En las últimas semanas hemos conocidos a los equipos de campaña que las dos candidatas presidenciales, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, nos han presentado públicamente. 

El de la primera está conformado por una pléyade de políticos, juristas, economistas, científicos, historiadores y conocedores de temas electorales como el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente y el historiador, Lorenzo Meyer.

Entre todos deberán elaborar la propuesta programática de lo que ha llamado la propia Claudia, “el segundo piso de la Cuarta Transformación”.  

Personajes como Gerardo Esquivel,  exsubgobernador del Banco de México, la senadora y Ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero; la empresaria Altagracia Gómez Sierra, el expresidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, la también Senadora Susana Harp, o el especialista en cambioclimático Jorge Marcial y la poeta Irma Pineda, entre muchos más.

Aunque no fue anunciado como parte del equipo de campaña, el exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, se ha sumado a la candidata presidencial de Morena. Él ha sido señalado, al menos, por actos de corrupción en la entidad que gobernó. Fue director general del INFONAVIT en la administración de Enrique Peña Nieto. También se le acusa de haber hecho negocios al amparo de esa institución de vivienda.

A pesar de este “negrito en el arroz”, el equipo que acompaña a la candidata morenista tiene buenas cartas de presentación como Tatiana Clouthier Carrillo, exsecretaria de Economía, e hija del ex candidato presidencial del PAN en 1988, Manuel J. Clouthier; lo mismo que  el exgobernador del estado de Chihuahua, Javier Corral, quien recientemente renunció a PAN, tras 41 años de militancia.

Éste, en su carta de renuncia dirigida al presidente nacional del PAN, Marko, el gris, Cortes, le dijo que en el blanquiazul, “se han enquistado la simulación, la mentira y la hipocresía”; y que nunca en la historia del PAN, “habíamos tenido dirigentes tan mediocres y cínicos como los de ahora”. Y más, es “una vergüenza infinita” que el PAN termine fusionado con el PRI “más corrupto de la historia”.

Un personaje, de suma ayuda para Sheinbaum, sin lugar a dudas, será la doctorada en la New York University, maestra Lingüística Hispánica por la UNAM, Violeta Vázquez Rojas Maldonado.

Antes, Claudia Sheinbaum, ya había anunciado que la acompañarían otros personajes como  Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Citlalli Hernández, Secretaria General de Morena.

Todas y todos los integrantes del equipo de Claudia Sheinbaum son, a querer o no, personas reconocidas por su trayectoria; unas muy célebres, otros y otras con algunos “peros”, unos más, no conocidos, pero con importantes trabajos académicos y/o experiencia en la administración pública, un equipo que por sus credenciales será de mucha ayuda para Sheinbaum. 

Mientras que al equipo de enfrente, el de la candidata del PRI, PAN y PRD, Xóchitl Gálvez, destacan más por sus negativos que por sus positivos; figuras reprobadas por su pasado oscuro: corruptos, fracasados, fariseos. Sin “atributos” que reconocer o alabar; tan es así, que ni la misma Xóchitl ha podido encontrar un calificativo significativo que pueda presumirle al electorado, y por eso sólo acierta en llamarlos, “un equipo “Xingón”.

Expresión que se vuelve ambigua, sin contenido, sin sentido, cuya connotación, tendría que ver, si acaso, con el verbo “chingar”, que en términos de Octavio Paz, en El Laberinto de la Soledad, nos hablaría de “partir”, de “dividir”; una “violación simbólica”, pero al final “una violación real”, como ocurrió por más de 35 años durante los gobiernos neoliberales o, en palabras de la misma Xóchitl, un equipo de “xingones” para ponernos en la “madre”.

Y es que Xóchitl está extraviada en un “galimatías político”, en una “Torre de Babel” rodeada de personajes opuestos entre ellos  y ellas; reconocidos, sí, pero por su descrédito, por su infamia; personajes  que constituyen una ofensa para la sociedad.

En esa lista están muchos. Margarita Zavala, Enlace con la Sociedad. ¿Habrá quién confíe en la esposa de Felipe Calderón? ¿Podrá convencer a los sectores sociales para que voten por Xóchitl? ¿Irá a Iztapalapa a pedir el voto? ¿Se sentará con las madres de los niños muertos de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora?

En el mismo esquipo está Fernando Gómez Montt, secretario de Gobernación con Calderón, el mismo que fue acusado por el Ministro Arturo Zaldívar de presionarlo para proteger a Marcia Altagracia Gómez del Campo, prima de Margarita, propietaria del predio donde estaba la guardería ABC, y donde, el 5 de junio de 2009, murieron 49 menores.

Xóchitl está perdida en un embrollo, rodeada de personajes impresentables como Santiago Creel, un perdedor de siempre y quien, desde los cargos públicos que tuvo, hizo negocios. Lo mismo que Josefina Vázquez Mota, candidata presidencial perdedora, traicionada por Felipe Calderón para hacer  ganar a Enrique Peña Nieto. No olvidemos a su organización, “Juntos Podemos”, la que aprovechó para que Peña le entregara más de mil millones de pesos, dinero que estaba destinado  para migrantes, y que ella nunca comprobó a quién se los dio. 

Rubén Moreira como gobernador de Coahuila estuvo envuelto en escándalos de corrupción, de desvío de recursos públicos, lo mismo que su hermano Humberto. Ambos gobiernos estuvieron “bajo el mandato de la delincuencia organizada”. En 2017, Marko, el gris, Cortés, en una sesión de la Comisión Permanente como diputado federal, exigía cárcel para los dos hermanos por estar vinculados a un fraude al erario de aquel estado. “…estos hechos no deben quedar impunes”, exigía, al tiempo que lamentaba que los legisladores del PRI los encubrieran. Hoy son uno con Xóchitl Gálvez. Aliados, claro, con pérdida de memoria.

Jesús Ortega, el destructor del PRD, partido que le sirvió para negociar con Peña Nieto espacios en el gobierno federala cambio de favorecer el Pacto por México. El PRD de “Los Chuchos”, fue plataforma para darles chamba a los de su corriente como diputados y senadores. “Los Chuchos violentadores de los derechos laborales de los trabajadores de ese partido. “Los Chuchos” son reconocidos como un ejemplo de la “prostitución política”.

Forman parte de este bloque, Enrique de la Madrid, Ildefonso Guajardo, Carolina Viggiano, José Ángel Gurría; representantes del priismo corrupto, del proyecto neoliberal que en el 2018 la población los echó de Los Pinos.

Carmen Aristegui y José Gutiérrez Vivó, seguramente no olvidan a Max Cortázar, Coordinador de Comunicación Social en el gobierno de Felipe Calderón. Era quien se encargaba de repartir chayos, de censurar; fue quien ordenó que Aristegui Noticias y Monitor salieran del aire.

Estos son algunos de los “impresentables”, quienes Xóchitl decidió sean sus asesores, y si ganara, los funcionarios de su gobierno, y no lo digo yo, lo han lamentado en su cuenta de X, por ejemplo, el periodista Héctor de Mauleón a propósito del equipo “xingón”: “Sencillamente no entendieron nada. Otra vez al precipicio”.

Cuando se ve el negro historial del equipo “xingón” de la señora del huipil, lo único que provoca es desilusión, aberración, y se les observa perdidos en su propio laberinto.

Que no le cuenten…

“En 2024 México va a ser otra vez la sorpresa en materia de crecimiento económico y atracción de inversiones”: Felipe García Ascencio, director general de Santander-México. ¿No que con López Obrador íbamos ir a la quiebra, a ser como la Venezuela de Maduro?