La concentración del domingo; sus números, sus desinformados
Por Mario A. Medina
¿Cuántos fueron quienes se concentraron el pasado domingo en el Zócalo de la Ciudad de México para expresar su demanda de que “Al INE no se toca”, su rechazo al Plan B?
En su marcha de 13 noviembre al Monumento a la Revolución, el secretario de Gobierno de la CDMX, Martí Batres dijo que se habrían manifestado entre 10 y 12 mil personas. Una cifras a todas luces irrisoria. El mismo gobierno de la ciudadtuvo que ajustar el dato en 60 mil personas.
Según el gobierno capitalino, el domingo asistieron 90 mil personas, mientras que los organizadores aseguraron que fueron 500 mil, mientras que la senadora panista Kenia López Rabadán, buscó propagar que fueron 700 mil. Cada quien da las cifras que más le conviene.
Por ejemplo, durante el Grito de Independencia de septiembre pasado, secongregaron, según calculó el gobierno de la ciudad, 140 mil personas. Un día después, el 16 de septiembre, Los Tigres del Norte impusieron un nuevo récord de asistencia musical a la plancha, 140 mil fanáticos.
Antes, en julio del 2022, cuando el grupo Maldita Vecindad ofreció un concierto, la asistencia se dedujo en 110 mil personas que fueron a cantar con los hijos de 5to, patio. El 25 de septiembre del año pasado, el Grupo Firme, en “un concierto histórico”, rompió un nuevo récord; se estimó en 280 mil personas las que llegaron a cantar, bailar y disfrutar del espectáculo.
La columna de los fanáticos de Grupo Firme, por la calle de Madero, llegó hasta avenida Juárez. Una característica en estos eventos, es que la gente está muy pegadita una de otra, como “muégano”.
El diario Excélsior publicó el mismo día de la marcha que la Plaza de la Constitución, ocupa una superficie casi rectangular de aproximadamente 46 800 m², es decir, 195 m x 240 m. “Se estima –precisaba- que tiene una capacidad de casi 200 mil personas, ocupando también el área de la plancha hasta la banqueta de la zona de los Mercaderes. Ese mismo día El Universal notificó el mismo cálculo.
Cuando el cierre de campaña de Carlos Salinas de Gortari en 1988, el PRI aseguró entonces que habían asistido al Zócalo un millón de mexicanos. Aquella afirmación dio lugar a varias mediciones de la plancha –el corazón del país- y su circuito pavimentado. Cada vez que hay un evento de esta naturaleza, se dan cifras alegres.
Consideré importante destacar lo anterior, luego de que hubo varios amigos lectores que les disgustó mi crónica pasada, de manera particular porque señalé que el Zócalo “no se llenó, menos se desbordó”; que hubo espacios donde eraclaro que no había mucha gente; que las fotos se toman de tal manera que parece que en el lugar no cabe una sola alfiler más. Cosa que no es cierta.
Dejo la información sobre el número de asistentes a espectáculos musicales y los mismos que Excélsior y El Universal publicaron, lo que nos permite tener un cálculo cierto del número de asistentes el pasado domingo. Seguramente ni fueron 90 mil, ni 500 mil, ni mucho menos 700 mil.
Por otra parte, supongo, volveré a provocar diferencias y hasta enojo de algunos mis amigos lectores, por lo que afirmo aquí que la mayoría de quienes se manifestaron en el Zócalo carecen de información precisa de lo que plantea el llamado Plan B del presidente. La generalidad de quienes asistieron, como lo dejaron ver varios periodistas que los entrevistaron, desconocen lo que realmente señala el Plan B.
Lo mismo hay un desconocimiento de lo expuesto por el ministro en retiro José Ramón Cossío. Al terminar su discurso, le aplaudieron al orador, pero también los rosados desconocen puntualmente la solicitud de Cossío y de la dirigencia de “Va por México” a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que tendrán que resolver sobre las acciones de inconstitucionalidad presentadas contra el proyecto.
El hecho de que la mayoría de quienes se manifestaron son de clase media, media alta y alta, y se suponen es gente “leída e instruida”, no quiere decir que estén bien informados. Hay una enorme ignorancia en esos sectores sociales, y por lo mismo, son “victimas” de las fake news, las que comparten a través de sus redes junto con sus fobias.
Cuando varios reporteros de medios tradicionales y de portales les preguntabandel porqué de su presencia y qué plantea el Plan B, respondían: “porque el tirano va a desaparecer al INE” “se quiere quedar con el poder”, porque “vamos a ser otra Cuba, otra Venezuela”; “el Plan B se inspiró en Cuba y Venezuela”; “nos va a llevar al comunismo”; a la gente pobre, “los quiere hacer unos limosneros”; “nos quiere robar nuestro voto”, “van a desaparecer las credenciales de elector”; “van a quitar el número de casillas”.
Cuando al pie de un camión de varios que llevarían a residentes de Santa Fe a la manifestación, Hernán Gómez le pidió a una señora su opinión sobre la afirmación del presidente del INE Lorenzo Córdova que el fondo de la reforma es devolverle al gobierno el control de las elecciones como hace 30 años, y le preguntó: ¿Cómo sería ese control?, la mujer balbuceó tratando de decir algo, pero ni idea tuvosobre qué responder: “¡Híjole, pues no sé!”, dijo, y buscó que sus acompañantes la sacaran del embrollo por su desinformación: “¡A ver chicos!”. Tampoco ellos supieron qué decir.
Lo plausible de los inconformes es que se manifestaron de manera libre, abierta con independencia y pudieron difundir su información y sus ideas en un país que afirman, “va rumbo a la dictadura”.
Que no le cuenten…
¿Cómo no llorar?, y es que todo aquel que sienta, es un ser humano, nos debió pasar lo mismo que a la diputada Patricia Mercado. Debimos ahogarnos en llanto, preocuparnos al saber que Edmundo Jacobo Molina, secretario Ejecutivo del INE se quedó sin chamba por culpa del Plan B, luego de 14 años con un salario mensual de 200 mil pesos, más otros piquitos. ¡Pobre!, ¡No se vale!
Pero, no nos preocupemos tanto, Jacobo ya se amparó. Los tribunales federales y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con fundamento del artículo 41 constitucional, fracción V-A, le van a dar la razón.
Patricia, no llores por Edmundo, créeme, los lujos de Jacobo prevalecerán, burgués no dejará de ser; su falta de ética, no es sólo un disfraz, pues poderes siempre supo ambicionar.