Clausura IECM curso de escuela de liderazgos indígenas
La educación es el único motor que se tiene para superar los fuertes rezagos sociales que aún subsisten en materia de inclusión, especialmente en el caso de las mujeres indígenas que históricamente han padecido una situación de marginación, tanto por su condición social como por su identidad étnica y de género, lo cual no debe ocurrir en una sociedad moderna como la nuestra.
Así lo estableció el consejero presidente del Instituto Electoral de la Ciudad de México, Mario Velázquez, quien comentó que para vivir una auténtica democracia se necesita de una enseñanza donde se impulse el respeto a los derechos humanos, se fomente la tolerancia y se favorezca el reconocimiento y respeto de la identidad de uno mismo y del otro.
Durante la ceremonia de clausura de los cursos de la “Escuela de Liderazgo de Mujeres Indígenas”, que fueron impartidos por personas funcionarias y servidoras públicas del IECM, de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes de la Ciudad de México y de la Coordinación Nacional de Antropología del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dijo que a pesar de que aún falta mucho para alcanzar un punto satisfactorio de igualdad, este proyecto educativo va a fructificar a partir del surgimiento de nuevas mujeres indígenas líderes en la capital del país.
En el evento que se realizó de manera virtual, apuntó que la participación de estas nuevas dirigentes permitirá impulsar cambios de fondo en todos los niveles de gobierno y de las acciones en la sociedad y, con ello, beneficiar a quienes habitamos esta gran ciudad.
Manifestó que para el IECM es un gran proyecto, “un proyecto que hoy se vuelve realidad, en una aspiración a una sociedad igualitaria que sin duda ha sido uno de los pilares sobre los que ha cimentado la transición democrática en nuestra ciudad.”
Como capital de la República y centro político del país, pero sobre todo un espacio multicultural de encuentro, dijo, donde nuestra Constitución reconoce estos derechos y desde luego estas obligaciones a todas las autoridades que formamos parte de esta gran entidad.
Por su parte la presidenta de la Comisión Permanente de Igualdad de Género y Derechos Humanos del IECM, Carolina del Ángel, señaló que el instituto se ha empeñado en desarrollar e implementar estrategias para la promoción y fortalecimiento de la igualdad y la no discriminación.
Con el compromiso, subrayó, de garantizar que estas acciones tengan como base los principios de igualdad de género, la cultura de respeto a los derechos humanos, la promoción de la participación sin distinción alguna, así como la inclusión y la diversidad bajo una perspectiva intercultural, intergeneracional e interseccional.
Aseguró que se va por el camino adecuado al contar con una escuela encargada de fortalecer y promover la participación de las mujeres de pueblos, barrios originarios y de comunidades indígenas residentes en esta ciudad en aras de fortalecer su liderazgo y lograr aumentar su participación política y la representación que ellas pueden llevar en los próximos comicios y en todos los demás procesos electorales.
Las mujeres indígenas, externó, forman parte de una de las poblaciones históricamente discriminadas que han tenido que enfrentar múltiples obstáculos para el ejercicio pleno de sus derechos, entre ellos, por supuesto, los políticos electorales.
Es por ello, insistió, que desde hace ya mucho tiempo diversas instituciones públicas se han encargado de implementar acciones con el objetivo de erradicar la violencia, eliminar la violencia, la discriminación y la exclusión social y, con ello, lograr la consolidación de la igualdad sustantiva.
La activa y comprometida participación en este ejercicio de la coordinación nacional de antropología del INAH y de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas residentes de la Ciudad de México, añadió, nos han permitido arribar a este proceso de entrega de constancias a 40 alumnas del primer curso de escuela de liderazgo para mujeres indígenas y reafirmar la importancia de continuar colaborando con esta escuela.
Refirió que la comprometida participación de aliadas estratégicas y que la previsión de recursos contribuyó a romper con esa triple discriminación de que son objeto las mujeres indígenas. “Sin duda tres grandes aspectos como son la discriminación por ser mujeres, por ser indígenas y por participar en la esfera política.”
Cabe señalar que desde un inicio se concibió a la escuela como un proceso formativo continuo, anclado en la perspectiva de derechos, la interculturalidad de género y los conceptos que estuvieron presentes en todo momento y desde los cuales se abordaron los distintos temas, mismos que contribuirán al fortalecimiento y empoderamiento de las mujeres indígenas, sus liderazgos y la manera en que van a ser partícipes de la toma de decisiones en sus comunidades, sea por medio de los órganos de representación como las asambleas, como los consejos o las comisiones de participación comunitaria.
Sin olvidar por supuesto que el ejercicio de sus derechos políticos no se limita a la esfera electoral, sino que se integran en nuestro día a día a través de su activa participación en todos los espacios en los que estas se desarrollen, aclaró la consejera electoral.
Expresó que las reglas están dadas y será muy importante que los partidos políticos y estas mujeres que tomaron el curso, puedan establecer los mecanismos para que las acciones afirmativas del Código Electoral sean aprovechadas a favor de los pueblos y comunidades indígenas en la Ciudad de México.
Por su parte la secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes en la Ciudad de México, Laura Ita Andehui Ruiz, señaló la relevancia que tienen estas actividades pues en diferentes foros y documentos se hace mención que la participación de los pueblos originarios en los parlamentos e instituciones políticas, históricamente es minoritario, pero aún es menor la participación de las mujeres en esas instancias.
Hizo notar que con esta escuela se busca cambiar esta situación y se cuente con mayor participación de integrantes de los pueblos indígenas, especialmente mujeres en esos espacios de decisión política.
Puntualizó que esta institución está orientada al fortalecimiento de las capacidades de liderazgo de las mujeres, tanto para el ejercicio de sus derechos como para formar líderes que desempeñen cargos públicos. “Es un acierto el énfasis en la formación de mujeres, sobre todo, de jóvenes indígenas, ya que significa formar a las generaciones que estarán marcando las pautas de la igualdad de género en los próximos años”, aseveró.
En tanto Paloma Bonfil, Coordinadora Nacional de Antropología del INAH, mencionó que esta escuela constituye una respuesta a una demanda constantemente postergada y todavía no totalmente satisfecha de las mujeres indígenas en todas las geografías, particularmente en esta ciudad que es multicultural, con historias entrecruzadas, que es una metrópoli de derechos y que todavía tiene agónicas desigualdades.
Indicó que en este espacio se habló de las nuevas, las renovadas y las visibles presencias de las mujeres indígenas en todos los espacios de toma de decisiones y en aquellos en donde las decisiones no se permiten tomar. Se pudo hablar de las agendas necesarias, colectivas e individuales de las mujeres pertenecientes a los pueblos indígenas, añadió.
Se habló de cómo se deben entender los derechos y como lo privado también es público desde un enfoque de interculturalidad. “El camino ya está abierto, que no es fácil, está lleno de piedras, de retrocesos y muchos obstáculos, pero la ruta se ha abierto y muchas mujeres están marcando diferentes rutas para llegar a espacios públicos, legítimos y legitimados de toma de decisiones”