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Entrega UNAM el Reconocimiento Autonomía Universitaria 2024

La autonomía ha permitido a la UNAM ser un espacio donde se cultiva el pensamiento crítico y la ética profesional; una cantera de creatividad académica, artística, y un motor de movilidad y compromiso social, además garantiza su capacidad para organizarse a sí misma, elegir a sus autoridades y preservar la libertad de cátedra e investigación, afirmó el rector Leonardo Lomelí Vanegas.

Al presidir la entrega del Reconocimiento Autonomía Universitaria 2024 -en el marco del 95 aniversario de este principio en la UNAM- el rector también señaló que este se define día con día, no solo frente al Estado, como históricamente había ocurrido, sino ante intereses económicos y políticos que quisieran influir en las instituciones de educación superior, imponiendo sus propias agendas y visiones del mundo.

“Se define también ante la polarización ideológica y el renacimiento de diversas formas de extremismo y fanatismo, que hoy más que nunca, requieren del compromiso de las universidades con la generación y difusión del conocimiento científico y su aplicación a la solución de los apremiantes problemas que enfrentan México y el mundo”, aseveró.

Lomelí Vanegas entregó diploma y reconocimiento a siete personas que han impulsado la autonomía universitaria. De manera presencial: al exrector José Narro Robles; al jurista Diego Valadés Ríos; y a la exrectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, Teresa García Gasca.

De forma póstuma se reconoció a los exrectores Ezequiel A. Chávez y Antonio Caso; al expresidente Emilio Portes Gil; y al jurista Sergio García Ramírez.

Acompañado por la presidenta en turno de la Junta de Gobierno, María de la Luz Jimena de Teresa de Oteyza; y la secretaria General de la Universidad Nacional, Patricia Dolores Dávila Aranda, el rector de la UNAM manifestó que con este acto solemne también renovamos nuestro compromiso como una universidad pública y autónoma, dispuesta a seguir desempeñando un papel esencial en la construcción de un país más justo y consciente; que siga formando ciudadanos y ciudadanas críticas, además de generar conocimiento transformador.

“Defendamos este derecho como un deber hacia la sociedad que confía en nosotros y nos respalda, y como un acto de compromiso con las nuevas generaciones que trabajan con ahínco todos los días para construir un futuro más inclusivo y democrático”, exhortó Lomelí Vanegas, acompañado también por el integrante de la Junta de Patronos, Juan Casillas Ruppert.

La autonomía es libertad

En su oportunidad, el exrector José Narro Robles agradeció el reconocimiento y aseguró que en esta institución se fomenta la pluralidad de opiniones, creencias, formaciones y aspiraciones. “Aquí en la Universidad, en la nuestra, cabemos todos”.

Subrayó que la autonomía es libertad de pensar, de decir y de hacer sin violentar a otros y sin quebrantar la ley”. Es libertad de enseñar e investigar, de creer, crear y de soñar”.

Este atributo y derecho de nuestra casa de estudios, agregó, le permite interactuar con independencia frente a las autoridades y estructuras del poder político, económico, religioso, militar o social. “Es el principio que nos permite cumplir con la nación, con independencia del partido o las personas que gobiernen; de la ideología que domine y también de los personajes, organizaciones, grupos o sectores que tienen poder de decisión”, añadió.

Narro Robles destacó que, en este siglo de alternancias, México ha contado invariablemente con la Universidad Nacional y lo seguirá haciendo, pues esta casa de estudios tiene la responsabilidad de estar abierta y colaborar -en el marco de sus responsabilidades- con todos los signos, niveles de gobierno, instituciones y organizaciones.

Autonomía: deber social

La exrectora Teresa García expuso que la defensa de la autonomía universitaria es un deber social que acompaña el encargo del rector o rectora como una impronta, como un tatuaje en la piel.

La distinción, refirió, es un aliciente para seguir trabajando por la libertad de cátedra, el autogobierno y la autonomía administrativa, por el pensamiento libre, la capacidad de disentir, de expresar ideas de forma independiente.

La autonomía, abundó, permite el libre desarrollo del conocimiento sin sumisión a ideologías políticas o religiosas; exige una alta responsabilidad en la aplicación de los recursos ya que está ligada a principios como el respeto, la democracia y la transparencia

“No es letra muerta que pueda ser borrada de la Constitución por error o voluntad; no es palabra vacía que puedan burlar las legislaturas locales o federales para atropellar el derecho del autogobierno”, remarcó.

Sostuvo que no se puede pretender apoyar desde los gobiernos a las universidades autónomas y regatearles el presupuesto. “Esta estrategia -malograda- de control para sujetar y someter, tiene que cambiar, porque del fortalecimiento de la universidad pública y autónoma depende nuestro desarrollo y el desarrollo de nuestro país”.

En tanto, Pablo Caso, nieto de Antonio Caso, agradeció la distinción en nombre de la familia del exrector, a quien calificó como un defensor de la libertad y quien -consideró- se sentiría emocionado de ver que la UNAM es una de las mejores universidades del mundo y el principal centro de investigación del país.