Opinión

Tremenda paliza la que viene para Del Moral y el PRI

Por Nacho Ramírez

El próximo Domingo Alejandra del Moral va a perder la elección en el Estado de México. Su derrota significará mucho como cuando Margarita Ortega y el PRI perdieron Baja California en 1989, frente al candidato del PAN, Ernesto Ruffo Appel, quien se convirtió en el primer gobernador de oposición en la historia de aquella entidad después de 60 años de gobierno priísta.

Hay quienes aún todavía están convencidos de que el PRI, aliado hoy con el PAN y el PRD, retendrán el gobierno del Estado de México. Incluso que van a ganar, como lo han hecho siempre, pero mediante la compra y coacción del voto, y/o gracias al control que tienen sobre los consejeros del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM). Sólo así, afirman, va a ganar.

Otros, por el contrario, hemos observado que el arrastre de la población mexiquense durante la campaña electoral ha sido, por mucho, a favor de la candidata de Morena, Delfina Gómez. Los mítines han sido mayoritariamente de seguidores de la morenista, mientras que los priístas, panistas y perredistas son muy pocos a quienes se les llegó a escuchar aclamar a Del Moral; cuando lo hacían era con muy poco entusiasmo.

Aunque la candidata de la “Alianza va por el Estado de México” buscó posicionar la frase que “la que alcanza gana”, y según Alejandra del Moral ya alcanzó y hasta rebasó a Delfina, un hecho es claro, todas las encuestas serias y profesionales siguieron diciendo, hasta una semana antes, que “la candidata a ganadora será la Delfina y que vencerá por un muy amplio margen a la priísta de Cuautitlán Izcalli.

Hay quienes prevén que será una “tremenda paliza”, que no sólo va significar la derrota de Alejandra del Moral como cuando Margarita Ortega en 1989; también lo será para el PRI y todo un sistema político al que vencieron después de 60 años en el gobierno, aunque aún hay quien cree que la fracaso del PRI fue con el visto bueno de Carlos Salinas de Gortari en lo que fue la primera “concertacesión” entre Salinas y el PAN.

La que pueda ser la victoria de Delfina, hay quien está convencido, será gracias al “arrastre” entre la población mexiquense del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero otros suponen que será porque la gente ejercerá su voto de castigo al PRI, el rechazo a un sistema que gobernó la entidad por más de 87 años y los dejó en la pobreza.

Por más esfuerzos que hizo Alejandra del Moral para tratar de convencer a la población de que ella no tiene nada que ver con el viejo PRI corrupto, cuando es sabido que está completamente vinculada con el grupo Atlacomulco, con Arturo Montiel, con Enrique Peña Nieto y otros mafiosos, la candidata del PRIAN no convenció a nadie que ella no tiene nada que ver con ese PRI mafioso y que son falsas las versiones de que es una corrupta.

Todo esto, de alguna manera, lo reflejó ella en su rostro durante todas las semanas de campaña; su risa simplemente era forzada; la mayoría de las veces se le veía seria, desesperada y poco entusiasta de que pudiera ganar.

También, seguramente, fue porque la abandonaron, ya no se diga por los panistas y perredistas, sino por los mismos priístas de base y por la propia dirigencia, por los mismos grupos de poder.