De cómo operó Sandra Cuevas el volanteo contra Sheinbaum
Mario A. Medina
¿Por qué el Contralor del gobierno de la Ciudad de México, Juan José Serrano, encontró paquetes, lonas, panfletos con propaganda “negra” en contra de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum en las oficinas de la Dirección de Desarrollo y Bienestar de la Alcaldía Cuauhtémoc?, pregunté a un empleado de la demarcación.
“Muy sencillo –me respondió-. Es en esa área donde trabajan los empleados que se encargan de ir casa en casa, de caminar por las calles de las 64 colonias para promover los programas sociales que se impulsa Sandra Cuevas. Platican con los vecinos, registran las necesidades de sus viviendas o de las calles: luminarias, drenaje, pavimentación, pintura; por lo mismo se les encargó repartir los panfletos contra la jefa de Gobierno”.
A los empleados de Desarrollo y Bienestar se les pidió no vestir con los chalecos, la ropa institucional que los identifica como empleados de la alcaldía cuando repartieran los volantes; que, principalmente, tenían que dejarlos en paquetitos de decenas por debajo del zaguán de una vecindad o en la puerta de una casa. Aproximadamente suman más de 100 los volanteadores.
Además de éstos, se les pidió su colaboración a los “Embajadores de Colonia”, nombre con el que la Sandra Cuevas bautizó a líderes vecinales y de comerciantes. Estos suman 64, uno por colonia. A su vez, deberían de pedirles a sus dirigidos, según el tipo de líder que fuera, colaborar con alcaldesa, al tiempo que se les recordaba los apoyos que les ha dado la alcaldía.
A los “Embajadores de Colonia” se les dijo que deberían tener mucho cuidado a quiénes les deberían pedir el apoyo. Ya fueran vecinos o comerciantes, deberían ser personas no simpatizantes de Morena, “no chairos”, “mejor si no pueden ver a la Jefa de Gobierno”.
Entre las instrucciones que se les dieron a los empleados de la Cuauhtémoc era que no se debería de saber, desde luego, que desde esas oficinas estaba saliendo la propaganda contra Sheinbaum. Se les exigió el mayor sigilo.
Básicamente fueron tres áreas de la alcaldía que su personal estaba encargado de repartir la propaganda. Sandra Cuevas confió el trabajo a Marlon Ávalos García, Director de Desarrollo Social. En sus oficinas se encontraron los paquetes con miles de volantes empaquetados, y como asistente principal en la tarea estaba, Nallely Rodríguez Rojas, Directora de Consulta y Participación Ciudadana. También la gente a cargo de Ana María Ayala González, recién nombrada Directora de Presupuesto Participativo.
La propaganda “negra” –me ha dicho mi informante-, también se ha repartido por personal de Álvaro Obregón, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Azcapotzalco, Tlalpan, Coyoacán, “bajo el mismo esquema y con personal de áreas similares a la alcaldía Cuauhtémoc”, a quienes se les dieron las mismas instrucciones: “hacerlo con ropa de calle”, y personal de la mayor confianza.
El eje del mensaje de los panfletos es el mismo que Cuevas había venido destacado desde el accidente de la Línea 3 del Metro en sus envíos de su cuenta de Twitter para descalificar a Sheinbaum.
Arropada por los alcaldes panistas de Benito Juárez, Santiago Taboada, y de Álvaro Obregón, Lía Limón, Sandra Cuevas ofreció en las primeras horas de este viernes una conferencia de prensa, donde aseguró, sobre la propaganda hallada: “esos volantes que ellos dicen que encontraron yo jamás los vi”.
Horas antes, cuando Juan José Serrano encontró los paquetes con los volantes y las lonas, y los elementos de la SSP de la Ciudad de México no le permitieron el paso, frente a los reporteros, Sandra Cuevas, por su propia boca, solita se inculpó: “Esos volantes no existen, esos volantes nada más los traía el Contralor, y ultimadamente, aunque existieran los volantes, no estamos diciendo nada que no sea verdad…”.
Tácitamente aceptó que los volantes (“ultimadamente, aunque existieran”) con los que se atacó a la jefa de Gobierno, estaban en el edificio de Buenavista. Por esas instalaciones, semanas antes, habían llegado muchos paquetes, miles de volantes que ya habían sido repartidos por el personal de la alcaldía.
El primer día de marzo del año pasado, Cuevas fue pillada lanzando pelotas con billetes de 500 pesos a ambulantes y locatarios que asistieron a la explanada del edificio para contrarrestar la presencia de manifestantes vecinales que asistirían para exigir su renuncia, también negó el hecho cuando todo mundo lo vio “con sus propios ojos”.
Cuando la volvieron a pillar, cuando el Contralor Serrano encontró los más de 13 mil volantes, panfletos, lonas; muchas semanas antes, la información falsa, la difamación, la calumnia, con recursos financieros de la alcaldía, la guerra sucia se había iniciado a golpe de volanteo.
Que no le cuenten…
Seguramente, Sandra Cuevas y los panistas ya preparaban otra campaña sucia contra Claudia Sheinbaum para acusarla de ser la responsable de la desaparición de María Ángela Olguín, la adolescente que fue reportada como desaparecida en el paradero de Indios Verdes el pasado 19 de enero. Si se hubiera tardado un día más la Fiscalía de la Ciudad de México en informar que María Ángela se ausentó de manera voluntaria y no fue secuestrada, en la alcaldía se hubieran encontrado miles y miles de volantes con otra campaña “negra” de Cuevas contra Sheinbaum.
Claro, y repetiría con ese lenguaje fino que la hace sobresalir, gracias a sus doctorados: “¡Te voy a romper la madre!” Así se las gasta la señora Cuevas.