Yo en la marcha, “de metiche”
Por Mario A. Medina
El video que en redes sociales se viralizó, donde una señora vestida de blanco llama al Presidente Andrés Manuel López Obrador, “indio de Macuspana, pata rajada”, muestra algo muy cierto, que un buen sector de quienes ese día marcharon en “defensa del INE” son sector clasista, racista, que le gusta discriminar.
Quienes, de entre ellos mismo, conocieron el video, la llamaron “gran mexicana”, y quienes presenciaron la escena en vivo, le aplaudieron y la vitorearon. El hecho refuerza la convicción sociológica que este sector de mexicanos es racista y hasta segregacionista, y por tal motivo son generadores de violencia.
Su estatus económico les dice o, más bien ellos así se ven, como personas preparadas, cultas, informadas. Se equivocan. El hecho de que tengan un cierto nivel económico no significa que sean instruidas, enteradas con un importante bagaje cultural. Es muy común que a quienes simpatizan con el Presidente las tachan de “ignorantes”, y lo hacen con un aire de superioridad lamentable, pero como diría mi madre, “se les ve el cobre a leguas”.
Un aspecto que traigo hoy aquí, es el tema de la falta de información, por no decir enorme ignorancia de quienes el domingo marcharon y no conocen al menos un decálogo de los aspectos básicos de la reforma electoral del Jefe del Ejecutivo. Sabían, sí, repetir los estribillos de Claudio X. González, Carlos Alazraki, Beatriz Pagés, Javier Lozano, Martín Moreno y de algunos otros tantos: “si se aprueba la reforma los mexicanos vamos a sufrir una dictadura como la de Nicolás Maduro; la democracia en México estará muerta”.
Participé en la marcha pero no para sumarme a su petición, sino como reportero, para percibir algo de sus afanes. Buscaba estar cerca de las y los protestantes para escucharlos. Una señora le confesó a otra: “Me paré muy temprano, hice yoga para las buenas vibras y le pedí a Dios para el éxito de la marcha”; otra le retribuía a una de sus amigas: “¡Gracias por invitarme a mi primera marcha, qué padre es salir a protestar, es una buena experiencia, nunca me imaginé salir a la calle”!, pregonaba gustosa.
Caminaba entre el gentío. Cerca de media docena de ocasiones hubo quien se me acercó para querer pegar en mi camisa un pegote redondo que rezaba #ElINENoSeToca. Suponían que era de ellos mismos. Me negaba por supuesto a portarlo y me identificaba como reportero, por lo que aproveché indagar sobre sus conocimientos de la reforma de “López”.
¿Y por qué al INE no se le debe de tocar? Les preguntaba, y aún subrayaba: ¿no me diga que este INE es democrático? Sus respuestas inmediatas mostraban que descocían los términos de la reforma. Respondían con consignas, denuestos, creencias: “López es un peligro”, “está loco”, vamos al comunismo, al socialismo, nos vamos a venezolanizar”.
Cuando les recordaba fraudes contra el mismo PAN en Chihuahua, en Coahuila, en el Estado de México, o actos de censura desde el mismo INE, los fraudes cometidos en los llamados OPLs en los estados, litigaban que eso debería dejarse a un lado y dar prioridad a que todos los mexicanos –me supongo que se referían a los que habían marchado- “estemos unidos porque si no –vaticinaban-, este piche loco se va a perpetuar en el poder como Díaz”.
De poco sirvió que les haya recordado que en muchas ocasiones el PAN había denunciado corrupción del IFE y del INE. ¿Se acuerda de la compra electrónica de votos en 2012 con las tarjetas Monex, Soriana, Aurrerá?
Hubo sí, un matrimonio. Él, profesor del IPN, lamentó que junto con ellos estuvieran marchando “mapaches electorales” como Elba Esther Gordillo, Ulises Ruiz, Beatriz Paredes, Roberto Madrazo, Javier Lozano, Alito Moreno, incluso el mismo Vicente Fox, aunque me pidieron que reconociera que “este INE es lo mejor que podemos tener en este momento”. Me negué ofreciéndoles más ejemplos de la falta de democracia de la institución, aunque reconocí que tiene aspectos que deben salvaguardarse.
Insistía en preguntarles si se le puede calificar a “este INE” y a su antecesor, IFE, de democrático, como cuando Luis Carlos Ugalde reconoció cinco años después de las elecciones presidenciales del 2006 que había recibido “fuertes presiones ríspidas de Vicente Fox y hasta agresiones verbales de panistas que lo obligaron a declarar ganador a Felipe Calderón”. Igual desdeñaron hecho del financiamiento ilegal a la campaña que denunció el mismo recaudador de Vicente Fox, Lino Korrody, que se conoció como “Amigos de Fox”. Aquella efeméride la borraron de su memoria.
De nada sirvió que le restregara en sus recuerdos que “este INE” no es tan democrático como argüían: “En julio del 2017, el politólogo, Sergio Aguayo y Emilio Álvarez Icaza, acusaron al INE de responder a intereses fácticos; Ese mismo día la organización “Ahora” de Álvarez Icaza demandó la renuncia de todos los integrantes del Consejo General del INE.
Alfredo Figueroa y Denise Dresser llegaron a declarar que el INE “ha demostrado que carece de independencia” para organizar y conducir el proceso electoral presidencial del 2018, mientras que Aguayo tuiteó: “Cada día que pasa se confirma que el INE es un peligro para México”. Ahora éstos demandan no tocar al INE, ¿Qué le parece? ¿Democrático, no?
El mismo domingo, Juan Pablo Becerra Acosta, exhibió en su cuenta de twitter a muchos de quienes se manifestaroncontra la Reforma Electoral, “pero sin saberlo, están de acuerdo con ella”.
Les preguntaba: “debemos de ser nosotros los mexicanos quienes decidamos quiénes deben ser nuestros consejeros y magistrados? Las respuestas: “sí, por supuesto”; “por supuesto, son institutos que son del pueblo”; “por supuesto, no hay duda”; “por supuesto, debemos de mantener la autonomía del INE”; “sí, es correcto”. Su desconocimiento de la iniciativa era más que evidente. Sí, cada respuesta mostraba el apoyo a la iniciativa de “López” que propone que los ciudadanos elijamos a través del voto a consejeros y magistrados.
De las y los marchantes no escuché una respuesta informada, sólo diatribas, insultos. ¡Ah, sí!, un buen reclamo a mi persona, el de una mujer: ¿y usted qué hace aquí de metiche,usted no es del Reforma, verdad?
Que no le cuenten…