Marko, la botarga de Diego
Por Mario A. Medina
La cámara capta su rostro, busca mostrarse no serio, pero sí un personaje “pensante” que se quiere venderse como un líder, como un hombre de propuestas, creíble, que tiene, dice él, una “enorme responsabilidad”, la de derrotar a quien “nos ha llevado a la catástrofe”, repite hasta el cansancio, claro, en referencia al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Frente a Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, Los Periodistas, Marko Cortés hace un gran esfuerzo para mostrarse frente a ambos entrevistadores, ya no como el líder juvenil del blanquiazul, sino como el Presidente del histórico Partido Acción Nacional, como un político maduro con “altura de miras”, que nos ofrece si votamos por el PAN una “una ventana de oportunidades”, al mejor estilo de OgMandino, es decir, hacernos ricos.
Tal vez al mismo tiempo que ocurre la charla se imagina ser un Manuel Gómez Morín, un Carlos Castillo Peraza, un Gustavo Madero, ¿será que un Ricardo Anaya? pero en la conversación se mimetiza con un Diego Fernández de Cevallos, que nadie puede olvidarlo al ser señalado, por todo mundo, de “farsante”, de “demagogo”, también de corrupto.
Es el noveno capítulo de “La Disputa por México”, el trabajo periodístico que ambos reporteros han hecho a través de entrevistas a diversos personajes de la política nacional, desde quienes acompañan al Presidente Andrés Manuel López Obrador -Claudia, Marcelo, Rocío, Tatiana-, otros como Ricardo Monreal (el rebelde), hasta opositores como el propio Cortés, Santiago Creel, Jesús Zambrano, Gustavo de Hoyos y, de manera destacada, Cuauhtémoc Cárdenas.
Las entrevistas están, además de cada capítulo en el portal de Sin Embargo al Aire, en el libro que lleva el mismo nombre, texto que ha tenido un gran éxito en un tiempo muy corto, desde abril pasado lleva ya varias reimpresiones, cinco hasta hoy, veinte mil ejemplares.
Sin la capacidad histriónica de Fernández de Cevallos, Marko Cortés responde a las preguntas, como si estuviera enfundado en la botarga del “Jefe Diego”, pero sin esa capacidad que llama la atención, que logra simpatías. Les dice que su misión y la del PAN es “frenar a quien nos quiere llevar al pasado, 70 años atrás.”
Presume, intentando convencer, no a los colmilludos entrevistadores, sí a quien lo pueda ver y creerle, que el PAN “es el partido de los valores, de los principios, de la libertad, de la democracia, de las instituciones”. Borra de su memoria, claro, a propósito, que ellos ya gobernaron, y que la sociedadno olvida que cada uno de esos conceptos en la “Docena Trágica”, la de Fox y Calderón, sólo quedaron en eso, en conceptos.
Cuando Álvaro Delgado buscó saber el porqué de su alianza con el PRI, “cuando el PAN nació para oponerse al PRI”, Cortés retuerce la historia de su partido, desmiente al mismo Gómez Morín como al mismísimo Carlos Castillo Peraza. En tono demagógico le dijo al periodista: “El PAN no nace para oponerse al PRI, el PAN nace para generar ciudadanía, para generar una alternativa a los mexicanos.”
Divide, sin percatarse de la gravedad política de su dicho. Se refiere al “Frente a Frente” entre la “Cuarta Transformación” y “Va por México.” “Son las dos grandes visiones de los mexicanos aspiracionista y de los mexicanos que buscan que papá gobierno les resuelva sus problemas,” afirma, pero no hace nada, claro, de palabra, para ganarse, de última hora, a quienes puedan dudar de sus simpatías por El Peje; los desdeña.
Sin embargo, en realidad expresa el pensamiento del panismo, de la derecha, de los empresarios que descalificanque el gobierno de Morena entregue subsidios a las clasesbajas, apoyos económicos, que vele por programas sociales, pero justifican, festinan que los gobiernos del PAN y PRI hayan subsidiado con miles de millones de pesos a los empresarios nacionales y extranjeros. Que vuelvan esos tiempos, añora, reclama.
Este es el proyecto que Marko, el gris, Cortés busca regrese,el de la concertacesión, el de “Va por México”. No importa la calidad política y moral de su aliado hoy, al cabo se parecen mucho. El objetivo de ambos partidos es el mismo, sacar de Palacio Nacional a quien les estorba para hacer los negocios que antes hacían.
Su argumento, es porque vivimos una “catástrofe”, la “destrucción del país”. Se les olvida del saldo que dejaron sus gobiernos. Nos alertan del “peligro” que viene, del estatismo que asegura ya lo vivimos, lo sufrimos, se les olvida lo que dejó más de 30 años de neoliberalismo. Simplista, Marko ofrece su proyecto: “nosotros tenemos los mejores gobiernos, ellos los peores”, recalca.
La versión de Marko queriéndose parecer a Diego, nomás no convence por más que nos diga que la alianza PRIANRD es por el “amor” que le tienen a México, por el “amor a nuestros hijos”. Igual que Diego, Marko, el gris, Cortés, sin embargo, se nota bastante demagogo.
Que no le cuenten…
¡Ah qué Alito! poniendo en graves problemas a “Va por México”. Seguro que los aliancistas, incluidos empresarios, la derecha pues, están preocupados no sólo por los audiosque exhiben al presidente nacional del PRI y deja a la alianza atrapada sin salida. Alejandro Moreno Cárdenas, por más que quiera convencernos de que su voz fue truqueada, que él no es capaz de tal cosa. Nadie le creemos.
¿Será que los liderazgos de la alianza van a permitir que Alito destruya el futuro de su esperanza de sacar de Palacio Nacional a la 4T? ¿Con esos audios, la coalición está sólidacomo presume el priísta y Morena moralmente derrotada?¿Será?