Opinión

Sputnik V: Entre “arañas ideológicas” e intereses político-económicos

Por Mario A. Medina 

Penoso, ridículo, patético, fue el papel de la Senadora panista Lilly Téllez, quien anteponiendo sus fobias y su protagonismo, afirmó en un Twitter: “La vacuna rusa NO está aprobada por la Comunidad Científica Internacional pero la aprobará la Cofepris en México. Es la vacuna barata, por eso la eligió el Gobierno”.

La Senadora sonorense preguntó por qué el gobierno mexicano había apostado por la vacuna rusa cuando, según ella, no se habían terminado de hacerse las pruebas ni validaciones sobre la misma y que los resultados no eran los óptimos. Tajante, sin prueba alguna de sus dichos, se atrevió a decir que no se tenía “claridad sobre su eficacia y seguridad”, y que no se tenían los estudios de la fase 3, y que de la fase 2 “se entregaron cifras alteradas”.

Pero no fue sólo la legisladora la que se dedicó a descalificar a la inoculación cuyo origen es el país de lo que fue la ex Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS). Fueron muchos que, al menos en sus redes sociales o en medios electrónicos, introdujeron otro virus: el de la duda, regaron mitos, falsedades: la vacuna es “de mala calidad”, aseguraban. 

Argentina fue otro escenario de esa lamentable campaña. “Reconocidas figuras del periodismo, la literatura, el arte, médicos, profesionales, trabajadores sanitarios y organizaciones sociales de aquel país, salieron para enfrentar una campaña de la oposición derechista de Cambiemos, apoyada en los grupos mediáticos como Clarín, La Nación y otros medios contra la vacuna”, informó el diario La Jornada. 

Creo que son dos las vertientes de donde partieron las descalificaciones contra la pústula. Uno, derivado de las “arañas ideológicas”, “confusiones” “animadversiones” contra todo lo que huela a Rusia, pues torpemente, aún se imaginan o están seguros que en la Rusia de hoy sigue vivo el espíritu comunista. ¡Huy, qué miedo!

La otra, no lo descarto, fue el virus del “Fake News” que algunos de los laboratorios más poderosos del planeta esparcieron, pues el “competidor” se podría convertir en un peligro para sus intereses. Seguramente, como señaló el epidemiólogo, el doctor Alejandro Macías, “el error en la vacuna rusa fue el nacionalismo, pues no publicar con anterioridad sus resultados hizo que muchos levantaran la ceja”. Sí, hay que decirlo también, “el desarrollo de la vacuna Sputnik V ha sido criticado por el apuro impropio, la simplificación y la falta de transparencia”, como escribieron en en The Lancet dos investigadores independientes, IanJones de la Universidad de Reading y Polly Roy de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. 

La guerra contra la Sputnik V, mucho tiene que ver con asuntos de geopolítica, de propaganda, pues era “imperdonable” para el “mundo libre” que el país de los zares, de los bolcheviques y ahora de Putin, ganara territorio en América u otras partes del planeta, incluso, desde luego, conquistara simpatías por la vacuna desarrollada por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología, fundado en 1891 en aquel vasto territorio, patria no sólo de Lenin, Alexander Solzhenitsyn, FiódorDostoyevski, Andréi Sájarov, Iván Pávlov, NikoláiSemiónov y otros muchos científicos, incluso galardonados con el premio Nobel y del opositor a Putín, Alexei Navalny.  

Por ejemplo poco se supo o nada de los problemas que enfrentó la vacuna británica AstraZeneca de la Universidad de Oxford, “debido a una severa “reacción adversa” lo que obligó a detener las pruebas clínicas en la fase 3”, y produjo un “fuerte impacto en las pruebas de las otras vacunas de AstraZeneca”, incluso problemas de carácter bursátil, según publicó el analista en temas internacionales, Alfredo Jalife-Rahme. 

Al final, a todos aquellos que habían reprobado por adelantado a la Sputnik V, fueron callados por  la revista científica Británica de enorme prestigio, The Lancet que en días pasados publicó que la vacuna de rusa “es segura y eficaz”. El texto señala que el estudio “evaluado por pares, muestra que la vacuna tiene una sorprendente eficacia del 91,6 por ciento contra el virus y que protege contra los casos severos de la COVID-19”.

Incluso la canciller alemana, Ángela Merkel, dio su apoyo al biológico ruso cuando “reiteró su disposición a cooperar con Rusia para combatir la pandemia y ofreció apoyo técnico a Moscú en el proceso de solicitud de autorización ante la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de la vacuna rusa Sputnik V”.

Bien ha señalado el investigador titular del Departamento de Farmacología en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Gilberto Castañeda Hernández: “La pandemia de COVID está en uno de sus momentos más álgidos. Afortunadamente ya han surgido las vacunas que representan una esperanza de poder controlar esta pandemia o, por lo menos, de disminuir los contagios, (…) y el reto, ya no está en el descubrimiento y desarrollo de las vacunas, sino en tener la cantidad suficiente para poder proteger a toda la población del mundo”.

Ha destacado también: “evidentemente, una sola compañía farmacéutica, así sea muy grande y poderosa, no puede cumplir esta meta. Por lo tanto, deben participar varias compañías para poder producir la cantidad requerida de vacunas”.

No olvidemos que Rusia fue el primer país en anunciar que ya tenía una vejiguilla para enfrentar a la pandemia del coronavirus. Un triunfo en ese momento. Hoy, después de una guerra de descalificaciones, The Lancet le levanta la mano a la Sputnik V, cuando testifica que, científicamente, es “segura y eficaz; una vacuna para toda la humanidad”.

Lo demás quedará en el anecdotario de la perversidad, de la mala leche, la desinformación y el ridículo; en el “miedo” de Rocky Balboa (farmacéuticas/USA) a Iván Drago, el ruso mal encarado (Sputnik V/Putin) al que The Lancet le alzó la mano, pues en su tarjeta (estilo Lamazón) ganó la pelea. Por lo pronto quienes propagaban la supuesta “ineficacia” de la vacuna, ahora dicen: “Después de lo publicado en TheLancet, yo sí me la podría”. No pues, sí. 

Que no le cuenten…  

Más que interesante fue la entrevista que le hicieron el jueves pasado Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela a la titular del SAT, Raquel Buenrostro al grado  que el viernes fue la nota principal del diario La Jornada. La funcionaria mostró la doble cara de Claudio X. González quien presume de rectitud. Lo dicho por ella en el programa Los Periodistas en la Octava TV, nos muestra el por qué este señor nomás no puede ver al Presidente de la República. Lástima que el diario no le haya dado crédito a ambos comunicadores, pues en la nota nunca mencionan que el diario haya entrevistado a Buenrostro. Ellos sí lo hicieron. Qué poco profesionalismo y ética de doña Carmen Lira. 

Me complace el cúmulo de muestras de solidaridad a Ignacio Medina Carrizosa, director de la agencia de noticias Igavecde Oaxaca. La vice fiscalía regional de la Mixteca, a cargo Alberto Flores Sánchez, hostigó a nacho cuando pretendió sentarlo a “conciliar” con un grupo de presuntos delincuentes (Carpeta de Investigación 3180/MIX/ HUAJUAPAN/2020).

El portal Igavec difundió el 27 de enero pasado, una nota sobre el robo de un tráiler con información oficial proporcionada por las  corporaciones de seguridad pública en Huajuapan de León, municipio de la Mixteca. La información oficial boletinada señalaba, entre otros datos: “En las labores policiales, los elementos se percataron de la presencia de seis personas descargando la mercancía del camión, presuntamente robada, quienes al notar la presencia de los policías ingresaron a una bodega”. Además proporcionó fotografías del tráiler y de la mercancía robada.

A pesar de esto, la Vice fiscalía, pareciera se quiere lavar las manos frente al crimen organizado en la Mixteca y echarle la culpa a Igavec de la difusión de la nota. Lo que parece, es que existe una colusión entre autoridades de aquella zona y grupos delincuenciales. 

Sí, es de complacerse por el respaldo a Ignacio, pero también es necesario que el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat,dé todo tipo de seguridades al director de Igavec. a sus reporteros y corresponsales, y lo mismo desde el gobierno federal, no sólo se dé por enterado sino que se atienda el caso, y de la misma manera se les ofrezca seguridad. Que se aplique la Ley de Protección a Periodistas para garantizar el derecho a la libertad de expresión.